¿Quién se atreve a entrar? [libre]

Había salido muy tranquila y entusiasmada hacia Hogsmeade. Me había juntado con unos amigos en Las Tres Escobas y cuando se fueron a Zonko les dije que me iría a otro lado del pueblo, que luego los alcanzaba si los veía. Asintieron con la cabeza mientras yo me marchaba, sabía que les importaba muy poco si me veían o no luego pero igual les dije.

El otro día había hecho (en horas de aburrimiento) una lista con miedos que tenía que enfrentar. Uno de ellos era ir a la Casa de los Gritos. Claro que cualquiera pensaría que era una ridicules o que estaba loca de remate. Pero no importaba.

Me acerqué a la cerca que rodeaba la casa y suspiré. Entraría, estaba segura.

Escuché una voz masculina de repente a mi lado. Miré y vi a un chico que creía conocer. Ah sí! era el nuevo. Recordé que ayer cuando entré a la Sala Común estaba él y todas las chicas mirándolo como si fuera un retrato de un museo. Hay veces que no las entiendo o quizás yo era la distinta aquí.
Miré de vuelta a la casa, me encogí de hombros.
-Puede ser aunque...me da miedo-confesé

Lo miré incrédula ante su ignorancia, se notaba que era nuevo aquí. No quería parecerle una mala persona así que me callé la boca. Tragué saliva en cuanto miré a la casa, suspiré. Iba a decir que sí enseguida pero dudé al principio ¿qué tal si luego me daba un susto de muerte? Lo mataría yo primero. Bueno, lo decía en broma claro.
-Me parece una buena idea-contesté empezando a caminar hacia la entrada.

Asentí en cuanto lo escuché. Sonreí, por lo menos no me había dicho que era de Slytherin, probablemente le hubiera pegado si hubiera dicho esa ridiculez.
-Sï, por suerte.-dije-Te vi ayer en la Sala Común, todas las chicas te rodeaban así que es probable que no me vieras
"Nadie lo hace" pensé para mis adentros.

Me reí un poco ante sus palabras humorísticas. El chico tenía buen humor. Bueno, me relajó un poco el saber que me había visto, ¡por lo menos alguien se fijaba en mí por un momento! Pero igual, su humor me hizo reír y olvidar el miedo que tenía a que pase algo malo allí adentro.
Cuando dijo que era solitario, que no le gustaba estar rodeado de gente y todo eso me dio la extraña sensación de que se parecía mucho a mí en ese aspecto. A mi no me gustaba que la gente me rodeara, me sofocara, y me mirara como si fuera un retrato de museo.
-En ese caso nos parecemos mucho...-dije abriendo con un Alohomora la puerta principal que supuestamente estaba cerrada-Soy Scarlet

No pude evitar sonreír de lado. Este chico me caía bien. Normalmente yo no hablaba con mucha gente y menos con los nuevos pero después de todo era un cambio en mi vida, aunque yo misma había decidido que este año sería diferente de los anteriores. Yo todavía necesitaba un cambio personalmente.
-¿Jamás? Me alegro de ser la primera Scarlet en tu vida entonces-bromee-siempre me recordarás como la primera Scarlet.

Reí levemente ante sus palabras. Lo miré y traté de contener la risa. Era una de las primeras personas con las que hablaba tanto y me reía libremente.
-Debería dejarte morir solo pero soy muy buena para eso, además de que no quiero pagar un psicólogo luego para quitarme el trauma-bromee pasando a su lado.
La puerta se cerró detrás de mí y me agarró un escalofrío.

Ya está, la oscuridad, el polvo y sus nervios me ponían aún más nerviosa y miedosa. La oscuridad y el silencio nunca me habían gustado. Es más, cuando se tropezó conmigo me puse más nerviosa al notar la cercanía entre ambos.
-Nnno no es nada-dije un poco nerviosa y tartamudeando. Cuando estaba así siempre lo hacía. No se por qué pero apenas podía respirar.

Traté de corregir mi error con lo más simple que se me ocurrió, aunque fue una mentira creíble. Sentí su mano en mi hombro y sonreí.
-Es que me da un poquito de miedo-dije separandome un par de pasos .-Nada más
Miré hacia las escaleras y comencé a subirlas

Me reí levemente, meneé la cabeza negativamente. Puse un pie en el piso de arriba y me di vuelta.
-Entonces deberías ver la habitación de mi hermano en mi casa-sonreí mientras miraba a mi alrededor. Había mucho polvo, huellas de lobo y hojas de partituras esparcidas por el suelo. Estas llevaban a una habitación, en donde la puerta estaba entreabierta. Agarré mi varita e iluminé el camino, entré a la habitación y vi que allí había un gran piano un poco roto y lleno de polvo. Había varias sillas rotas, pero aún así no entendía ... parecía que alguien había estado aquí primero.

-Nosotros no debemos estar aquí-dije corriegiendolo.
Iba a entrar más en la habitación pero escucho que suelta un bufido. Me doy vuelta y lo veo con un pie atrapado en una tabla rota del piso. Me acerqué y le agarré la mano para empujarlo del piso. Luego de un poco de esfuerzo, el pie salió (?)

Cuando me preguntó eso me sorprendí. Negué inmediatamente con la cabeza, quería quedarme. Quería vencer mi miedo. Luego de que lo pensé y él me preguntó si vi "algo" me asomé a la baranda de las escaleras. Me incliné pero sólo un poco. Retrocedí un paso, lo miré y luego se escuchó un estrepitoso ruido en un armario de la habitación en la que casi entraba. Me espanté, entré a la habitación decidida pero luego me acobardé y me asomé por la puerta, lo arrastré conmigo adentro.
-Ven aquí, no me dejes sola-le pedí.

Miré el armario, suspiré y miré a Cristian. Sí, bueno tenía razón quería enfrentar mis miedos...ya que sólo me faltaba uno. Por un momento, pensé que lo que había en el armario era un boggart...quizás...así sería una forma de enfrentarme a mí misma con mi miedo mayor.
Asentí con la cabeza mientras con la varita apuntaba al armario pero sin hacer ningún hechizo.
-Eso de allí es un boggart-le expliqué-¿lo abro?