♫ La ilusión que me condena ♫ [Crhistian]

Salí del castillo lo más tranquila viendo a la gente pasar. No tenía ningún apuro por llegar a mi destino ya que no teníamos más clases a partir de ahora. Llevaba puesto el uniforme con un sueter negro encima porque había una leve brisa. Tenía mi mochila al hombro y algo muy preciado bajo el brazo: mi cuaderno.
Esto era algo muy especial para mí, tenía fotos y muchas cosas escritas por mi imaginación. Después de que llegué a un lugar más o menos tranquilo, me iba a sentar cuando de repente aparecieron unos Slytherins malditos que odiaba con todo mi ser. Agarraron mi cuaderno y lo tiraron hacia el Sauce Boxeador que lo destruyó todo.
Luego de que huyeron riendose me acerqué al lugar del crimen, estaba todo esparcido por todas partes. Lo junté todo y mientras trataba de recordar un hechizo observé que alguien me miraba.
-¿Tu qué miras?-le pregunté pero luego me arrepentí ya que me di cuenta de que él no había sido uno de los idiotas de antes.

Vaya, menudo caracter que tenia esa leona, y eso que yo solo iba a ayudar, despues de lo que me dijo me agache y le ayude a recojer los trozos de su cuaderno y se los entregue, la verdad es que hay se pasaron, yo sabia que era que me rompieran algo querido y se que jodia quedarte sin ello cuando hiciste mucho para tenerlo, entonces dije

Porque no pruebas a usar un Reparo? seria un buen hechizo para arreglar ese cuaderno... oye, he visto lo que te hacian esos imbeciles... esos a mi me caen fatal, siempre de chulos, alguna vez se llevaron algun Serpensortia de mi parte y salieron corriendo

Dije riendo, le di la mano para que levantara y tambien se la di en forma de saludo, porque no llevarme bien con alguna chica de Gryffindor, mientras sea una chica y no un chico rata estupido

Soy Crhistian Kire, encantado de conocerte... tu eres?

Me quedé un poco sorprendida. Normalmente los Slytherins en general me daban pelea, y por eso yo los evitaba. Entre ellos y yo no había más que una raya invisible que marcaba un límite. Tenía amigos en otras casas pero no en Slytherin. Un pensamiento me dijo que no tenía nada de malo ser amiga de uno.

Miré el cuaderno y agarré mi varita del bolsillo de la túnica. Señalé el cuaderno y dije: "Reparo". Todos los pedacitos de papeles y fotos volvieron a su normalidad. Lo agarré y hojee para ver si todo estaba en su lugar. Pasé la última hoja y sonreí levemente al ver esa foto...Luego lo cerré y levanté la vista hacia el chico.

-Scarlet Armstrong. Un placer-dije un poco sorprendida. Su nombre me sonaba de algo.

Estaras pensando que como un slytherin puede ayudar a una Gryffindor... solo te ayudo porque esos a mi tambien me dan mucha guerra y no me caen nada bien... en mi primer año tambien me destrozaron algo muy preciado para mi

Cuando llegue a Hogwarts por primer año, esos imbeciles rompieron la foto de mis padres y la escoba de mi padre, con la que voy super rapido cuando juego al Quidditch, por ello le tengo mucho cariño, era de mi padre, era imposible no tenerle cariño a algo de tus difuntos padres.

El placer es mio Scarlet... oye, si alguna vez te vuelven a decir algo esos imbeciles llamame, yo se como controlarlos

Dije con una sonrisa de medio lado en mi rostro, mientras el sauce boxeador movia sus ramas, me estaba poniendo de los nervios, el movimiento hacia que las hojas cayeran sobre mi, me gire al Sauce y me aparte, el gran arbol, dejo caer una rama que golpeo al suelo sin darnos a ninguno de los dos, me quede mirando al arbol y dije

Quien seria el idiota que lo colocaria alli... podria estar en el bosque no?

Antes de que pudiera preguntarle cómo era posible que me esté ayudando me respondió. A él le había pasado lo mismo entonces me entendía. Pero aún así no lograba comprender cómo un Slytherin podía odiar a sus compañeros de casa. Era casi imposible pero no dije nada, no era asunto mío.

Casi sin quererlo recordé que cuando yo estaba en 2° año esos idiotas y otros más me habían roto uno de los pocos recuerdos que tenía de mi padre: el album de fotos que tenía con mi madre. Suerte que lo había reparado pero aún así había estado hecha una furia ese día. Los quería matar.

Miré al Sauce y sacudí la cabeza cuando cayeron algunas hojas sobre mí. Asentí con lo que dijo y sonreí.
-A esos imbéciles hay que pagarle con la misma moneda.-dije.