Mandando Cartas del Inicio

Queridos Papá y Mamá:
Ya estoy en Hogwarts...el reencuentro con mis compañeros, profesores y recuerdos a sido perfecto...aunque un poco extraño...todos nos miraban como si hubieramos hecho algo imposible, algún alumno de primero nos ha pedido una autografo...era extraño y a la vez excitante...
Espero que esteis bien...
Os quiere y ya os echa de menos...
Hermione

Cogí a la primera lechuza que encontré y cogí la carta a la pata con una cuerda, apretandolo fuerte.

-Vuela pequeña...-susurré

Había estado tan absorta en mis pensamientos que no me había dado cuenta que un chico de Gryffindor había entrado a la lechucería y había enviado una carta sin que yo me hubiera dado cuenta. Me sonrojé un poco y intenté componer una sonrisa en mi rostro.

-Hola - dije mientras miraba al chico, todavía algo cohibida - Hermione Granger - me presenté cordialmente

Pestañé un momento y después sonreí, ya sin tanta cohibición.
-Alguien debía sacarme de ellos o acabaría loca- comenté mientras me apoyaba en la pared de piedra de la lechucería, al lado de la ventana, por donde se colaban rastros de la brisa otoñal.- el placer es mio, Cristian- dije mientras jugueteaba con un mechón de mi pelo.

Sonreí cuando mencionó lo del nerviosismo.
-No...-susurré mientras me daba la vuelta y apoyaba mis brazos en la ventana de piedra, mientras las lechuzas pasaban discretamente por encima de mi cabeza y se posaban en sus respectivos cubiculos, a esperar que alguien los necesitara. Me volví a girar y me senté en la ventana, impulsandome con los brazos.-y bueno...que tal va tu esperiencia en Hogwarts? - pregunté

Dudé un momento hacía su petición, pero asentí.
-Claro- dije dejándo que se apoyara en mis piernas. Reí hacía su comentario de ser la Gran Novedad, siempre que llegaba alguien nuevo a un curso que no era 1º era una novedad...los chicos buscaban ser su amigo y la mayoría de las chicas otro novio. - No serás el primero ni el ultimo al que le pasa eso- le dije con una gran sonrisa

Reí ante su comentario de no querer ser el dentro de atención.
-De mí?- dudé un momento que contarle...- pues este es mi sexto año en Hogwarts, supongo que soy la típica empollona que solo estudia y estudia...y bueno...vengo del mundo Muggle, mis padres son dentistas- después de eso cerré la boca, no sabía si le estaba aburriendo, pero le miré fijamente, buscando en su rostro algún signo de ello.

Cuando el asimilo que tenía sangre muggle se quedó callado unos instantes, suspiré audiblemente, pensando que debería haberme callado, ya que alomejor ahora se iría por donde había entrado. La situación me era realmente incómoda. Cuando dijo lo de los dientes sonreí.
- No, nunca tuve caries...pero tampoco me dejaban comer muchos dulces- dije mientras echaba la vista hacía atrás y miraba el paisaje de Hogwarts...

Sonreí cuando me contó que de pequeño tuvo caries por comer demasiados dulces. De repente me tendió un chocolate, dudé un momento y lo cogí y abrí el envoltorio sacando el dulce, lo miré un momento y me lo metí en la boca, dandole un pequeño mordisquito y sintiendo como me invadía en dulzor del chocolate, me giré y le miré con una sonrisita
-Gracias- le dije mientras le daba otro mordisco al chocolate, disfrutando de su sabor.

Parpadée sorprendida, ya que su actitud era algo atrevida, de todas formas no me aparté y dejé que reposara su cabeza en mis piernas. Le acaricié el pelo un instante.
-Estás cansado?-pregunté curiosa

Él suspiró y yo reí bajito. Debía de haber mucha diferencia entre su antigua escuela, Dumstrang y Hogwarts. Dumstrang siempre me había parecido una escuela estricta, con profesores duros y con mucho temperamento. Y los alumnos...al principio de mi cuarto año me parecieros fríos e insensibes, aunque esa sensación casmbió radicalmente cuando empecé a conocer a los chicos de la academia húngara.
-Haz algún tipo de hechizo para endurecerla- sugerí mientras le acariciaba el pelo suavemente.- o...podrias pedirle a los elfos domésticos que te cambiaran el colchón.

El abrazaba mi cintura con fuerza, sonreí y seguí acariciando su pelo, a pesar de su negación.
-Deberías hacer algo- le dije - tienes que dormir....-contesté mientras jugueteaba con un mechón de us pelo.

El hizo que mis piernas se abrieran y el se coloco en medio de ellas. Me sonrojé un poco...llevaba falda. Seguí acariciando su pelo, que era sedoso y me hacía cosquillas en los dedos. Colocó su cabeza en mi hombro, pero no paré.
-En la sala común?- pregunté extrañada, allí era casi imposible dormir a causa del ruido.- seguro que tienes otra solución...

-Podrias ayudarme a hacer la cama mas dura o podrías invitarme a dormir con tigo -Bromie lo ultimo, era algo que quizá ella no haria,solté una pequena risa y abrazemas su cintura gire mi rostrohaaciendo que mi respiracion golpeara su cuello mis labiios de igual forma rozaban esa delicada parte -Tu novio no se enoja si nos ve haci?-Cuestine apenas en un murmuro

Reí suavemente cuando me dijo que le invitara a dormir conmigo. El giró la cara y su respiración golpeo contra mi cuello, dejando una sensación de mariposas revoloteando a su paso. El me preguntó sobre mi novio reí un poquito más.
-No creo que le importe a mi novio imaginario- le dije mientras le miraba de reojo.- y atu novia? porque seguro que tienes.